El noroeste de la isla guarda un paraíso verde y azul en el que el producto y el paisaje parecen ponerse de acuerdo para sorprender al viajero… y enamorarle irremediablemente.
Agaete trepa sus 45 km cuadrados desde el Puerto de las Nieves hasta el valle de los Berrazales en un cambio de paisaje que alterna el negro volcánico de sus playas con la paleta de verdes de sus montañas. El valle, presidido en lo alto por los pinos centenarios del Parque Natural de Tamadaba y su envoltura de nubes, mira hacia el Paraje Natural del Barranco de Guayedra, donde antaño se escondiera el rey aborigen Fernando Guanarteme, y en el que ahora pequeños puntos blancos motean el paisaje junto a palmeras y árboles frutales.
A finales del siglo XIX, la escritora de viajes Olivia Stone ya describió algunas de las bonanzas del lugar: valle, clima, frutas y pescado. Un paisaje maravilloso con unas condiciones inigualables que enmarca unos productos de ensueño imposibles de pasar por alto en una visita a la isla de Gran Canaria.
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